La Espada

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Espada 12


   



AVIVAMIENTO II
El avivamiento coreano de 1907
 

        La península coreana es como un gusano grande con su espalda al mar Japonés, sus patitas en el mar Amarillo y su boca en Manchuria, China. En la parte dorsal del gusano está una cordillera, cuyas superficies montañosas permiten que solo la quinta parte del territorio sea cultivable. Estando en una zona templada, el clima ofrece extremos de frío en el invierno y calor en el verano.

Corea, aun dividido en distintas naciones, es un pueblo unido por un lema, “Corea para los coreanos”. Hablan mayormente un solo idioma, coreano. Tienen una historia cultural que demuestra varias influencias: chinas, mongólica, manchurianas y japoneses.

 
Transfondo histórico

La dinastía Yi llegó al poder en Corea en el siglo XIV y continuo en el poder hasta 1910 cuando el país fue anexado a Japón. Durante esta dinastía se enfatizó la tradición confucionista. Cuando la dinastía Yi llegó, suprimieron la religión anterior del budismo. La influencia religiosa más autóctona es el shamanismo, con creencias animistas de superstición y magia.

A pesar de su fuerte identidad cultural y su deseo de ser independientes, en este siglo los coreanos han vivido de forma ajena de su voluntad, un drama internacional en su suelo. Desde 1897 hasta 1905 Corea estaba bajo protección rusa. En 1905 estalló la guerra ruso-japonesa y Japón ganó el control sobre Corea. En 1919, treinta y tres ciudadanos (quince de los cuales eran evangélicos) publicaron una proclamación de independencia y organizaron una resistencia pacifica masiva. La respuesta japonesa fue de represión muy severa en la cual muchos creyentes sufrieron. En 1920, Corea fue oficialmente anexada a Japón y esta anexión duro hasta el tratado de paz después de la segunda guerra mundial, cuando los aliados dividieron corea en dos zonas: una bajo jurisdicción rusa al norte de la zona de la demarcación y una parte bajo los norteamericanos en el sur. En 1948, corea del sur fue declarada una República independiente y su primer presidente fue Syngman Rhee, un creyente con fuertes convicciones evangélicas. En junio 1950, los comunistas violaron la línea de la demarcación e invadieron el sur, provocando lo que llegó a ser la guerra de Corea. El avance comunista fue detenido y desde esa fecha, Corea del Sur y del Norte han sido países independientes.

 
El evangelio en Corea

        El evangelio llegó a Corea a través de China. En 1832, Karl Gustlaff, un hermano de Prusia y graduado de la universidad de Halle, famoso centro de pietismo alemán, trajo la traducción de China de la Biblia hecha por el primer misionero a la China, Roberto Morrison. Gustlaff mismo tradujo el “Padre Nuestro” al coreano. El Nuevo Testamento fue traducido al coreano en Manchuria, China. En 1866 hubo mucha persecución. Murieron muchos católicos y junto con ellos el primer mártir evangélico en suelo coreano. Robert Thomas, un colportor galés de las sociedades bíblicas. Este murió en el acto de dar una biblia a un coreano. Un coreano, Sang Yoon Suh, fue convertido un Manchuria y llevó el mensaje del evangelio a su país, creando el patrón coreano de evangelizar el país por coreanos mismos.

El primer misionero residente fue el Dr. Horance Allen, un medico presbiteriano. El príncipe de la dinastía Yi se enfermo gravemente, y el Dr. Allen fue llamado a la corte para sanarlo. Dios lo bendijo y el príncipe se mejoro; como resultado, se dio permiso para la obra misionera y muchos misioneros presbiterianos y metodistas comenzaron a establecer iglesias.

En 1893 el Rev. Samuel A. Moffett fue el primer misionero residente en Pyongyang (capital actual de corea comunista). Sufrió mucha persecución y fue apedreado, insultado públicamente y maltratado por los oficiales locales. Sin embargo se mantuvo allí y estableció en centro presbiteriano muy fuerte (Owens 1977: 16-21).

Uno de los factores mas interesantes en cuanto a la obra misionera fue la adopción de la estrategia elaborada por Juan Nevius, un misionero en la china. El plan Nevius es una adaptación y desarrollo de los principios de Venn y Anderson, que abogan por iglesias autosostenidas, autogobernadas y que se reproducen por sí. Tras leer el Plan Nevius, en 1890, siete misioneros presbiterianos le invitaron a visitar y enseñarles sus principios que, en resumen, eran los siguientes:

 

I.                  que el estudio sistemático de la Biblia debe enseñarse a todos por medio de dos cursos al año, en verano y en invierno.

II.              Cada creyente tiene el deber de propagar su fe.

III.           Cada iglesia debe seleccionar sus líderes y autogobernarse.

IV.            Se espera que cada grupo construya su propio templo.

V.               El misionero debe itinerar con su pastor coreano como su ayudante, y no pastorear una sola iglesia.

VI.           Que no debe establecer hospitales o colegios que sean tan grandes que la iglesia nacional no los pueda sostener (Owens 1977: 43-44)

 

El Dr. Donald Owens, uno de los actuales superintendentes generales de la Iglesia del Nazareno, con muchos años de servicio misionero en corea, cita al Dr. Samuel H. Moffett (el hijo del misionero pionero de Pyongyang): <<nadie puede disputar el hecho que fue precisamente en las áreas de la península donde se practicaba fielmente el plan Nevius que las iglesia crecían mas >> (Moffett Christians in Corea citado en Owens 1977: 44). Por iniciativa de los misioneros en el año 1907, la iglesia presbiteriana de corea se independizo muy temprano de la iglesia madre de los Estados Unidos, y la iglesia metodista siguió este ejemplo en 1930 (S. H. Moffett en Nelson1989: 295). Se puede observar entonces una iglesia autóctona emergiendo con el nuevo siglo en corea.

La iglesia surcoreana hoy llama la atención por el numero de adherentes, por el vigor de su fe, y por las misiones que salen de corea al resto del mundo. En 1988, había 1645 misioneros coreanos sirviendo en 87 diferentes países (Nelson 1991: 103). ¿Por qué han crecido tanto las iglesias de este país oriental? ¿Qué rol han jugado en el crecimiento las olas de avivamiento de que gozó esta parte de la iglesia de Cristo? ¿Todavía goza de avivamiento esta iglesia oriental?

 
Antecedentes inmediatos del avivamiento
 

William Blair, uno de los primeros misioneros y testigo ocular de os eventos de 1907, escribió The Korean Pentecost (El Pentecostés coreano) en 1910 solamente tres años después del evento. Es en esta fuente primaria que el presente estudio se apoyara para los datos del avivamiento de 1907 (El libro fue republicado en 1977.)

Blair llego a corea en 1901, sorprendido por sus impresiones de los niños pobres desnudos en las calles, y de tierra sin desagües. Encontró una corea atrasada económicamente, con un pueblo profundo religioso y poético. A pesar del atraso económico y el hermetismo autoimpuesto, muchas personas sabían leer en coreano y en chino también. Blair opina que el pueblo era intensamente religioso sin tener una jerarquía religiosa que pudiera trabar el avance del evangelio.

Cuando terminó de aprender coreano, le fue asignada la tarea de misionero itinerante y aún en esos días, antes del avivamiento, había muchas iglesias construidas pos sus propios miembros.

La situación política se torno muy difícil con la invasión japonesa. Las dificultades aumentaron cuando los Estados Unidos, el país de origen de la mayoría de misioneros, no sancionó la invasión japonesa (Monod 1969: 14). Se formaron grupos de oración y motivados por las dificultades, los misioneros de Pyongyang se juntaron por una semana de estudio bíblico y oración, basando sus estudios en la primera epístola de Juan. En esta semana, ellos buscaron de todo corazón al señor. Al finalizar este retiro, sintieron que el único camino de victoria era de <<confesión, corazones quebrantados y lagrimas amargas>> (Blair 1910 en Blair y Hunt 1977: 66). Sintieron que la iglesia coreana tenía que arrepentirse de su odio a los japoneses, y que toda la iglesia necesitaba una visión de la santidad de Dios.  

 
Los sucesos del avivamiento

Se acercaban las clases bíblicas de invierno que se iban a realizar en enero en Pyongyang. La asistencia por varios años antes de 1907 había sido de ochocientos a mil hombres, pero este año fue de mil quinientas personas (Davies 1992: 189) la gente venía de varios puntos del país, a veces caminando largas distancias. La asistencia, por razones de espacio limitado, fue restringida a los visitantes de otras áreas del país.

Fue a este grupo de líderes de distintos grupos del país que Dios descendió en 1907. Al principio de la reunión, dice Blair, se sintió la cercanía de Dios. Un hermano de apellido Lee predicó y luego pidió a la congregación orar. Comenzaron a orar al unísono y <<se oía la oración, como la caída de muchas aguas, un océano de oración cayó en olas sobre el trono de Dios>> (Blair 1977: 71). A medida que la oración seguía, se podía escuchar mucho llanto. Un sentimiento profundo de convicción de pecado cayó sobre la audiencia. El hermano Lee dijo después que <<hombre tras hombre se levanto, confeso sus pecados y quebrantándose en llanto se tiró al suelo…en agonía de convicción >> (Blair 1977: 72). Entre confesiones, llanto y oraciones, la reunión siguió hasta las dos de la madrugada. Una avalancha inmensa de poder cayó sobre el auditorio; cada uno estaba cara a cara con Dios (Blair 1977:73). Cada pecado posible fue confesado públicamente esa noche <<Los hermanos se pararon frente a la luz blanca del juicio y se vieron como Dios les estaba viendo>> (Blair 1977: 74). Cuando el Espíritu de Dios cayó sobre la gente, hay confesiones de pecado y nadie en esta tierra puede detenerlo.

Al terminar las clases de invierno, cada uno regreso a su pueblo llevando el fuego del avivamiento consigo. Para muchas personas urgían actos de restitución en sus pueblos, como devolver artículos robados o pedir perdón de casa en casa. Los resultados se mostraron en todas partes, excepto donde la gente oponía resistencia al Espíritu Santo. Luego de la limpieza del pueblo por Dios, comenzó un trabajo evangelístico y misionero de grandes proporciones. Muchas personas se convirtieron. Se puede ver el nacimiento de la preocupación misionera en esta iglesia coreana, cuando comenzaron a mandar misioneros a Vladivostok, en Rusia, a evangelizar a los miles de coreanos residentes allá. Es notorio que había misioneros coreanos en 1909 (Blair 1977: 71-19, Monod 1969: 20).

Trascurridos dos meses se habían convertido dos mil personas, y para julio de 1907 el número aumento a treinta mil convertidos conectados con los eventos de Pyongyang. Se despertó en corea una nueva devoción para el Señor, un celo para la obra misionera evangelística y social, y una renovación profunda de la vida moral de la nación (Davies 1992 189-190). Según Orr, prácticamente cada iglesia fue bendecida. Los misioneros dijeron que, aparte de los que no quisieron obedecer a Dios, los resultados fueron muy positivos.

La membresía de la iglesia se cuadruplico en una década. Corea llego muy pronto a ser el país más evangelizado en el oriente, siendo la tasa de crecimiento de la iglesia más alta que el crecimiento poblacional (Orr 1969: 249).

Según el Dr. Ron Davies, profesor en el centro misionológico de All Nations, Inglaterra, corea experimento realmente tres avivamientos en este periodo, uno en 1903 a 1905, algunos despertamientos generales estimulados por el avivamiento Gales en 1906, y el avivamiento explosivo de 1907 descrito más arriba (Davies 1992: 188).

 
Una iglesia perseguida

Después de esta singular visitación de Dios, la iglesia coreana tuvo que sufrir mucha persecución, en primer lugar por que los japoneses consideraron que los evangélicos estaban vinculados con movimientos de independencia, y en segundo lugar porque los japoneses intentaron obligar a los coreanos adorar dentro del sistema shinto japonés. Esta situación trajo mucha aflicción a la joven iglesia coreana. Los japoneses insistían que para mostrar su lealtad política tenían que asistir a una ceremonia en un santuario shinto. Los japoneses decían que el acto no era religioso, pero los cristianos tenían que pelear por sus conciencias al momento de inclinarse ante este adoratorio shinto. Muchos creyentes temiendo las terribles cárceles y el sufrimiento inhumano a manos japonesas, doblegaron sus conciencias a costo de perder vigor en su vida Espiritual. Parece que este problema ético hizo mucho para apagar el movimiento del Espíritu de Dios (Monod 1969: 23). Mientras que otras personas sufrían severas persecuciones. Muchos hermanos perdieron la vida y sufrieron tortura a mano de los japoneses.

Luego vino la Segunda guerra mundial y la división de Corea, cuando los hermanos en Pyongyang y los otros pueblos alrededor, en el norte, fueron perseguidos cruelmente y torturados por su fe.

Muchos lograron escapar al sur llevando su fervorosa fe consigo. Hasta hoy no hay una iglesia oficial en Corea del Norte; pero sin duda Dios ha mantenido su pueblo en la clandestinidad.

 
Crecimiento de la iglesia surcoreana

En noviembre de 1973, Samuel Moffett, el hijo del veterano misionero de Pyongyang escribio un articulo en Christianity Today en el cual pregunto: <<What makes the Corean Church Grow>> (<< ¿Qué hace que las iglesias coreanas crecen?>>). Corea decía el, tenía una de las iglesias de crecimiento más rápido en el mundo a pesar de que, al compararla con Japón o la China, la obra evangélica coreana era más reciente. Los coreanos han visto conversiones a Cristo en número sin precedente. En 1993, 27.1% de la población era protestante, 21.1% evangélica. La iglesia coreana crece a ritmo de 10% anual, cuatro veces el porcentaje del crecimiento poblacional (Johnstone 1993: 336).

Una de las razones de este crecimiento es citado por el veterano Moffett (el padre del autor del articulo): <<Por años hemos llevado a este Pueblo la Palabra de Dios y el Espíritu Santo ha hecho lo demás>> (S. A. Moffett en Moffett 1973: 11).

Moffett jr. Señala la importancia del fundamento bíblico. Muy pronto la iglesia coreana tenía la Biblia en sus manos en el idioma vernáculo. Fue distribuida ampliamente y hubo capacitación bíblica desde que llegaron los misioneros a edificar la iglesia. Todos los miembros de la iglesia recibieron educación bíblica sistemática y no solo los clérigos.

Los agentes de evangelización eran los laicos muy motivados para alcanzar a su pueblo. Entrenamiento bíblico para toda la iglesia, la limpieza estimuladora del Espíritu y el énfasis en compartir la fe con otros, contribuyeron según Moffett, a causar una reacción explosiva en cadena.

Moffett reconoce, que no todos los factores eran teológicos; algunos eran circunstanciales. Cuando llegaron los protestantes, la dinastía Yi que había durado quinientos años estaba llegando a su fin, y Corea estaba perdiendo su independencia frente a Japón. En el proceso, el confusionismo, la religión oficial de la dinastía Yi, quedo desacreditada, y un pueblo religioso experimento un vacío espiritual. Como dice Moffett, el evangelio fue para los coreanos las mejores nuevas, que llegaron en el momento más propicio. La misma persecución a que fue sometida la iglesia, la fortaleció y le dio su identidad. Se puede notar la mano providencial de Dios preparando el camino.

Otro factor que Moffett identifica es el resultado del Plan Nevius. La iglesia coreana dejó de ser extranjera muy temprano en su historia. Fue una política sabia que permitió el establecimiento de una iglesia independiente y autogobernada lo más rápido posible (Moffett 1973: 11).

Un factor que llama la atención en corea es la actitud que tienen los hermanos en cuanto a la oración. Los coreanos despiertan a las cuatro de la madrugada y a veces hasta diez mil hermanos en una congregación oran al unísono durante una hora (Monod 1969: 26, 33, ss). Rene Monod un evangélico Frances, visito Corea después de la guerra coreana y le sorprendió que tres mil miembros de una iglesia presbiteriana se hubieran reunido temprano para orar, por cinco años consecutivos, todos los días antes de ir a trabajar.

En realidad fue la mayor parte de la congregación que estaba allí en estas reuniones diarias (Monod: 35). Monod pudo conocer al pastor Han, un veterano de Pyongyang, quien había sufrido mucho por el señor y que, al escapar del régimen comunista, estableció en Seúl una iglesia para refugiados norcoreanos. El Dr. Kyung Chik Han era pastor de la iglesia de Young Nak, la cual tenía cultos de oración en la madrugada por veinticinco años para orar con su congregación. Según Monod, es este esperar en Dios en oración que ha mantenido el fuego de avivamiento quemando en corea durante todos estos años. Todavía se siente el poder del Espíritu de Dios (Monod 1969: 51-62).

Owens describe el crecimiento de la iglesia surcoreana como las olas de las mareas. En los primeros veinte años, la iglesia creció en forma moderada, y luego cayó la ola del avivamiento de 1907, cuando creció en una forma acelerada. Durante la década de 1911-1919, creció otra vez en forma moderada, pero la ola aumento nuevamente durante 1920-24. En el periodo 1925-28 hubo otro periodo de recesión, seguido por otra ola de progreso poco usual de 1927 a 1937. Durante la guerra la iglesia estuvo quieta, pero se dio otro auge de 1945 a 1960. Sin embargo, Owens opina que nada es comparable con el crecimiento meteórico de los años setenta (1977: 36-37).

Al analizar este avivamiento, es necesario atender la pregunta: ¿hasta cuando se puede seguir llamando esta experiencia coreana avivamiento? <<La iglesia coreana>> -dijo Billy Graham, el famoso predicador internacional -, <<ha creado un patrón de avivamiento que la iglesia universal mira con asombro>> (prefacio del libro escrito por René Monod). El Dr. Donald Owens también parece estar de acuerdo en que este avivamiento, por lo menos hasta el año 1977, sigue siendo una realidad.

En ocasiones parecía menguar, muchas veces por razones políticas, pero el oxigeno del Espíritu Santo dio vida otra vez a las llamas (Owens 1977:76). Podría ser sin embargo, que el avivamiento fuera el fósforo que prendió la llama, pero que no se puede llamar todos estos años de crecimiento acelerado de la iglesia como un avivamiento. Además, hay que tomar en consideración que a partir de la década de los setenta hubo mucho crecimiento dentro del ámbito Pentecostal. Por estas razones este trabajo dará atención preferencial a los eventos de 1907.

 

   Razones que podrían haber traído el avivamiento de 1907

Parece que Corea fue especialmente receptiva al evangelio, por lo cual se podrían tomar en cuenta los siguientes factores:

 
a) Factores Contextuales

I)     Los problemas políticos, especialmente la invasión japonesa, dieron lugar a una desesperación que en su turno impulsó a muchos creyentes a orar fervientemente.

II)   Influencias occidentales masivas abrieron el camino para cambios.

III) Durante las últimas décadas de la dinastía Yi, había una creciente insatisfacción con la religión oficial del confucionismo.

IV) El cristianismo sustituyo el ideal de la justicia y conocimiento del confucionismo, el deseo de pureza y promesa de la vida eterna del budismo, y los milagros del animismo nativo (Owens 1977: 25-26).

 
b) Factores Espirituales

Cualquier persona que viene al análisis con una fe evangélica, aunque no niega lo arriba mencionado como factores contribuyentes, tiene que admitir que Dios estaba preparando esta iglesia por medio de la capacitación bíblica y la oración, para su visitación.

 
   Características del avivamiento Coreano
 

El avivamiento coreano comenzó cuando algunos hermanos comenzaron a confesar públicamente sus pecados. En los primeros momentos se sintió la cercanía de Dios como de un Ser Santo cuya presencia urgía la confesión profunda de todos los pecados. Blair dijo que cuando entró en el cuarto de reunión esa noche <<el lugar estaba lleno de la presencia de Dios…la cercanía de Dios sobrepasaba cualquier descripción>> (Blair 1977: 71). <<Se sentía como una avalancha de poder>> (Blair 1977: 72).

En la agonía de convicción muchos lloraron incontrolablemente, algunos, echándose al suelo, golpearon el piso con sus manos.

No hablaron en lenguas (Monod 1969: 20).

Se contaron visiones pero no hubo mucho énfasis en sucesos de naturaleza carismática. No se cuenta acerca de exorcismos. Oraron por algunos enfermos, quienes fueron sanados.

El mensaje de la cruz fue central en la predicación (Monod 19690: 40)

 
   Conclusión

La visitación a la iglesia de este pueblo oriental vino en su niñez, cuando esta estaba “en pañales”. Vino justamente en un momento político muy angustioso, como si Dios quisiera fortalecer a esta iglesia antes de la prueba. Esta experiencia se destaca por la presencia santa de Dios, la santificación de su pueblo, y la proyección misionera generada, todo ello construido sobre una firme base bíblica, que parece que dio durabilidad al toque del Espíritu de Dios sobre este pueblo.

 

         Indudablemente Dios, el Espíritu Santo, ha glorificado en Corea a nuestro Señor ascendido, como lo hizo en Palestina en el primer siglo. Es un desafío a nuestro cristianismo fácil, a despertarse y buscar a Dios como estos hijos del Oriente lo han hecho… En toda humildad, ellos se entregaron al Señor Jesucristo, y la plenitud misma de Dios fluyó a través de ellos.   (Jonathan Goforth When The Spirit’s Fire Swept Korea citado en Owens 1977: 78).

 

Billy Graham termina diciendo en el prefacio del libro Monod: <<… La iglesia se para como un farol de luz espiritual en un área de oscuridad… han emergido como gigantes espirituales en un ambiente que solamente la gracia divina podría haber hecho tan productivo>>.

Como en Jerusalén en el siglo II, la iglesia coreana recibió una visitación grande del Espíritu de Dios, casi al inicio de su historia.

Entre 1903 y 1908, la membresía se cuadruplico. La predicación y la enseñanza de los pioneros fue bíblica, y los nuevos creyentes recibieron entrenamiento sistemático en las Escrituras. Estos nuevos creyentes coreanos, con su preparación bíblica, llegaron a ser los mejores evangelistas y misioneros. Después de casi noventa años, la iglesia coreana sigue mostrando extraordinaria vida y vigor, demostrado por la visión misionera de las iglesias. Johnstone cita que Corea del sur recibe 409 misioneros repartidos en 49 agencias y que salen de corea como misioneros 2,237 hermanos coreanos en ochenta agencias (1993: 336).


Bibliografía: Hacia una Teología de Avivamiento (Dorothy Bullón)

 


 


      


  


   

 

 

 

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